miércoles, 14 de diciembre de 2011

Tres cosas que aprendí mientras mi avión se estrellaba



DE LO QUE NOS ARREPENTIMOS ANTES DE MORIR

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Muchas personas que han estado a punto de morir, ya sea por un accidente o por una grave enfermedad, suelen cambiar radicalmente su forma de vida una vez restablecidas. Aseguran que superar una situación cercana a la muerte equivale a nacer de nuevo y que no merece la pena vivir una vida que no les satisface.


Lejos de parecer un tópico, a la hora de hacer balance, una gran parte de la población mundial no está satisfecha con la vida que ha desarrollado. Según podemos leer en el blog de Javier Malonda, los motivos de esta insatisfacción, además, suelen ser casi siempre los mismos.


Esta bitácora recoge un artículo escrito por Bonnie Ware, una mujer que durante muchos años ha trabajado en una unidad de cuidados paliativos, atendiendo a enfermos terminales. Su trabajo, titulado “Regrets of the dying“, algo así como “Los lamentos de los moribundos”, recoge los cinco motivos más comunes de arrepentimiento de aquellos que están a punto de morir y que se ha encontrado a lo largo de su vida:


1.-"Desearía haber tenido el coraje de vivir una vida fiel a mí mismo, no la vida que otros esperaban de mí": Se trata del lamento más habitual de todo, ya que al hacer balance de su vida muchas personas descubren que no han llegado a cumplir una mínima parte de sus sueños. En muchas ocasiones, esto se debe a que optaron por hacer lo que creían que debían hacer, en lugar de lo que realmente querían.


2.-"Desearía no haber trabajado tan duro": Es el lamento más frecuente entre los pacientes de sexo masculino, que desearían haber pasado más tiempo junto a su familia viendo crecer a sus hijos, en lugar de en su puesto de trabajo.


3.-"Desearía haber tenido el coraje para expresar mis sentimientos": Aquellos que reprimieron sus sentimientos para no enfrentarse a quienes los rodeaban se lamentan de haberse conformado con vivir una existencia mediocre y amargada, en la que no eran ellos mismos.


4.-"Desearía haberme mantenido en contacto con mis amigos": Al igual que muchas personas se arrepienten de haber descuidado a sus familias, es muy frecuente lamentar no haber cuidado lo suficiente de aquellas amistades verdaderamente importantes. Lamentablemente, cuando se está muy cerca de la muerte es imposible recuperar el tiempo perdido.


5.-"Desearía haberme permitido ser más feliz": Se trata de un reproche sorprendentemente común que se hacen aquellas personas que prefirieron engañarse a sí mismos y continuar con unas existencias en las que ya no eran felices, en lugar de enfrentarse a su miedo a cambiar de vida.


Para quien está en su lecho de muerte, hacer balance sin pensar en lo que los demás puedan pensar de él, puede resultar un ejercicio muy frustrante. Para todos los que todavía están a tiempo de cambiar sus vidas, puede ser una buena forma de corregir lo necesario para, llegado el momento, morir satisfechos con su existencia.

domingo, 4 de diciembre de 2011

EL MAYOR DOLOR ES LA AUSENCIA DE ESPERANZA





Cuando Dante visita el infierno en el frontispicio, encima de su puerta puede leerse: nadie que albergue alguna esperanza atraviese esta puerta. El infierno es la desesperanza. 
Os dejo una entrevista salida en el diario La Razón el domingo 4 de diciembre de 2011. 
El entrevistado es Javier Moscoso





3 Diciembre 11 - - AMILIBIA
–«Historia cultural del dolor». ¿Ahora sufrimos más que nunca o...?
–No, antes se sufría mucho más. Los hombres vivían peor y constantemente atemorizados por la ignorancia de tantas cosas.

–¿Diría que esta sociedad soporta mal el dolor?
–Soporta mal el dolor propio y disfruta del dolor ajeno. Consumimos mucho dolor de otros, a través de la televisión, por ejemplo. Nos gusta.

–¿Y eso?
–Consuela ver que eso no nos sucede a nosotros. El dolor gustoso es siempre el que padecen los otros.

–La ciencia se ha interesado por paliar el dolor hace muy poco. ¿Por qué ha tardado tanto?
–Porque la doctrina oficial era que había que vivir en un valle de lágrimas.

–Incluso hoy la situación de las unidades paliativas no es ideal...
–Hay resistencia a aliviar el dolor. Es un tabú basado en que debemos aprender a soportarlo estoicamente. Hay prejuicios religiosos.

–Yo creo que el hombre merece, al menos, morir sin dolor...
–Debería ser obligatorio. Nada puede justificar el dolor agónico.

–Las religiones le han concedido al dolor un gran valor...
–Es el camino de la salvación, decían. Está bien para quien así lo crea, pero sin imponerlo a los demás. El dolor ha sido utilizado por las religiones y por los políticos. La Thatcher decía: «Sin dolor no hay ganancia». También lo utiliza la ciencia en la experimentación con animales.

–¿Vivir sin dolor es una insensata aspiración humana?
–Sí, es una insensata aspiración vivir sin dolor. Hay dolores necesarios.

–¿Cuál es el dolor necesario?
–El que nos avisa de lesiones, de enfermedades.

–¿Qué se acerca al masoquismo hoy?
–Las grandes pruebas ciclistas y los parques de atracciones, por ejemplo.

–El infierno es la imagen más potente del dolor. ¿Qué la supera?
–Es insuperable. Del infierno no se sale, no hay redención.

–¿Qué causa al hombre mayor dolor?
–Creo que la ausencia de esperanza.

–¿El mayor dolor que tendrá que soportar Rajoy?
–El paro. Y quizá ver que la situación es peor de la que él esperaba.

–¿Y qué no podrá soportar Rubalcaba?
–Lo puede soportar todo. No es un mérito. No me gustan los hombres que lo soportan todo y olvidan lo que hicieron y lo que no hicieron.

–La felicidad, aseguran, consiste en tener buena salud y mala memoria...