Entrevista con Jean Vanier, fundador de la Comunidad del Arca
«La
depresión no es una enfermedad vergonzosa que hay que esconder unos a otros...
Las heridas del corazón son realidades de la vida de las que ninguno está
exento», considera Jean Vanier.
En esta entrevista concedida a Zenit, el fundador de la Comunidad del Arca profundiza
en las causas de este azote del mundo moderno, y aporta vías útiles para
hacerle frente, tanto para el enfermo como para quien está cerca de él.
Originario de Canadá, donde nació en 1928, Vanier es hijo de quien fue
gobernador general del país. Entró muy joven en la marina militar, camino que
abandonó en 1950 para seguir a Jesús, para buscar el Evangelio, para descubrir
el sentido de nuestra vida y de nuestro mundo.
En 1964 fundó en Trosly-Breuil (Francia) El
Arca, comunidad para y con personas con discapacidad psíquica. Hoy existen
unas 130 casas de este tipo en una treintena de países en las que se comparte
la vida y el trabajo.
En 1971, junto a Marie Hélène Mathieu, fundó Fe
y Luz, movimiento que acoge a personas con discapacidad, a sus familiares y
amigos, para compartir momentos de celebración y oración. Actualmente hay cerca
de 1.500 comunidades en unos 80 países del mundo.
Jean Vanier escribió en 1999 un libro sobre «La depresión» de gran impacto en
los países francófonos («La dépression», Editions du Livre ouvert), y traducido
en varios idiomas.
--La depresión es una plaga de la sociedad actual. ¿Cómo afrontarla? ¿Cómo
librar a las personas deprimidas de su padecimiento? Es un tema del que usted
habla de buena gana...
--Jean Vanier: Es necesario hablar de la depresión, y hablar de ella como de la
más humana y real de las cosas. La cuestión es saber dónde se sitúan los
propios valores. Y la gran cuestión es que si se sitúan estos valores
únicamente en los logros, en la fuerza, etcétera, se está descuidando una parte
de uno mismo, una parte que es el niño, que es la mujer más frágil, que es una
persona vulnerable. Salir de la depresión significa encontrar personas que te
quieren no porque tu seas poderoso o porque hayas tenido éxito, sino por ti
mismo, con tu fragilidad.
--Podemos decirnos esto a nosotros mismos o a las personas deprimida, ¿pero
cómo pueden, una y otra parte, interiorizarlo verdaderamente?
--Jean Vanier: Nos encontramos ante un problema inmenso. No son sólo las
medicinas las que pueden ayudar a las personas. Los fármacos pueden atenuar las
angustias, pero la gran cuestión es: «¿Quiero descubrir lo que significa ser
humano?». El ser humano ha nacido pequeño y morirá pequeño. ¿Estamos nosotros
dispuestos a acoger nuestra fragilidad como es verdaderamente? Nos hallamos en
una sociedad que rechaza este dato de hecho. Se rechaza a los débiles, se
quiere descartar a los ancianos, se quiere apartar a los discapacitados y de
quiere prescindir de nuestras fragilidades. Entonces, ¿cómo ayudar a las
personas a reencontrar el significado de «ser humano»?
--¿Se puede percibir la depresión como una discapacidad mental?
--Jean Vanier: No es en absoluto una discapacidad mental. Un deprimido es lo
que llamaría
un «discapacitado del ahogo». La depresión es una enfermedad del ahogo, de la
energía. Desde algún lugar la energía es bloqueada. Y es éste bloqueo del
aliento lo que causa desgraciadamente todo tipo de angustia, todo género de
elementos en el propio interior que se quiere calmar. Así que el peligro es
esconderse tras la televisión, refugiarse en el alcohol, en drogas, buscar algo
nuevo en lugar de buscar dentro de uno mismo. ¡Y éste es el drama!
--Pero el problema del deprimido es justamente que no logra entrar dentro de
sí mismo y que intenta buscar en el exterior las respuestas al propio malestar...
--Jean Vanier: Por lo tanto se necesita de alguien que le salga al encuentro.
Pero es necesario que él mismo sienta la necesidad de cambiar un poco su vida,
porque los bloqueos de la energía aparecen en el sentido de que se lanza a un
terreno, por ejemplo, al éxito, olvidando otra parte de sí mismo. El ser humano
es complejo. Hay que tener tanto la capacidad como el corazón; son necesarias
las relaciones con las personas. Pero en estas relaciones no se trata de buscar
dominarlas, sino de estar en comunión con ellas. Existe una parte de
espiritualidad que es un movimiento interno que me ayudará a vivir y a
descubrir que puedo hacer buenas cosas con mi vida. Ahí hay una cuestión de fe
que toca todas las materias de la muerte, del fracaso, etcétera. Y con mucha
frecuencia las personas han suprimido algo. Entonces es necesario ayudarlas a
buscar en su intimidad más profunda. Pero el hecho importante es que no hace
falta que sean muchos los que quieran cambiar a las personas. Debe haber
personas que les aceptan como son. Cuando se quiere cambiar a las personas, en
lugar de amarlas como son, se corre siempre el riesgo de un rechazo por su
parte.
--Entonces, ¿cómo aprender a amar a estas personas? ¿Cómo ayudarlas en su
ahogo?
--Jean Vanier: La verdadera cuestión que hay que plantearse es cómo ayudar a
estas personas en nuestra pobreza, dado que ese ahogo es una falta de fuerza.
Uno se encuentra pobre. Y cuando se está ante una persona deprimida, uno mismo
se hace pobre. La cuestión es: cómo acoger al otro, como él es, con nuestras
miserias y nuestro elemento de depresión frente a la depresión.
--¿Considera que todos están capacitados para acompañar a una persona
deprimida hacia su liberación?
--Jean Vanier: Todos estamos sujetos a la depresión. Todos somos capaces de
entrar en el mundo de la desesperación. Bernanos dice que para hallar esperanza
es necesario bajar a los abismos de la desesperación. Pero para acompañar es
necesario estar atentos, dado que cuando se habla de acompañamiento existe una
especie de deseo de cambiar a la otra persona. Hay que amar a las personas en
su depresión. Es la mejor manera de ayudarlas a salir de ella. Así que lo
primero que hay que hacer para ayudar a una persona es empezar a cambiar
nosotros mismos.
--El bienestar psíquico de los enfermos es su preocupación diaria. ¿Cómo
percibe todo lo que se realiza actualmente en el plano médico, pero también en
el plano social, para ayudar a las personas que padecen depresión?
--Jean Vanier: Para mí se trata de vivir en mi comunidad con personas que
atraviesan altibajos. Por ejemplo, acabamos de acoger a una joven de 22 años
que carece de familia, tiene una discapacidad mental y fue maltratada por una
cuidadora. Está recién llegada y ha entrado en una fase de ligera depresión, pues
uno de mis asistentes, al que ella apreciaba mucho, se tiene que marchar. ¿Cómo
actuar de manera adecuada con ella, no obligarla a cambiar, sino aceptarla como
es? Se trata de una joven con una necesidad inmensa de encontrar lo que jamás
ha tenido. Se necesitará tempo, así que no debo emplear demasiado en
preguntarme lo que ocurre alrededor. Es necesario que yo mismo busque hoy
sentirme impotente ante una joven como ella, y ayudarle, a pesar de todo,
estando cerca de ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario